Nuestro objetivo es crear un vino excepcional que sea reflejo auténtico de su privilegiado origen. En su origen son determinantes un entorno natural propicio para los grandes vinos y un cuidado y atención por el detalle que buscan la perfección en cada momento.
De esta combinación salen series muy limitadas de vinos únicos, auténticos e inconfundibles, fieles reflejos de sus orígenes.
Las viñas crecen en empinadas laderas de tierras calizas y arenosas, con piedra, en pendientes orientadas al sur, al lado del Duero, a mitad de camino entre el valle y los páramos, en un microclima especial que de forma natural protege las viñas de las heladas primaverales, y que unido al natural bajo rendimiento del terreno es génesis de vinos expresivos, potentes, longevos y distintivos.
La ventilación natural de la ladera, la fuerte insolación, el marcado contraste de temperatura entre “el fuego” del día y el frescor de la noche son condiciones ideales para una perfecta maduración de la uva Tinta Fino, variante de la Tempranillo aclimatada al rigor de nuestra tierra.
Nuestra filosofía de viticultura es simple, es tratar a la viña con el máximo respeto. No usamos herbicidas ni fertilizantes químicos y el laboreo es mínimo.
Creemos que el vino nace y se hace en la viña. La uva es lo fundamental. En bodega la filosofía es la no intervención, la fermentación se produce de forma natural con levaduras autóctonas y nos distingue nuestra extrema meticulosidad en los procesos de selección manual de uva en viña, en vendimia y en bodega.
Una vez en bodega, la uva es enfriada y con mucha paciencia, con extrema meticulosidad, y con el mayor respeto en todo el proceso, logramos que lo mejor de la uva se transmita al vino con la menor intervención, de la forma más natural posible.